El día lunes 28
de noviembre en el Cineforum del SINAB se proyectará el filme "Plata Quemada", obra
original de Ricardo Pliguia,
ganadora del premio Planeta (1997) en Argentina, es una novela policiaca. Se
trata esta de una historia real, como lo afirma el mismo autor en el epílogo.
Es el producto de una larga investigación nacida de aquel encuentro casual y
fantástico en un vagón de tren camino de la ciudad de La Paz, donde el autor se
tropieza con la amante de uno de los protagonistas de la historia que se narra,
de esta conversación poco creíble, Pliglia, da inicio a la labor de
recopilación de textos, fotos, diálogos, declaraciones, grabaciones que
reposaban en los archivos de la policía de Buenos Aires y Montevideo sobre un
caso que asombró a los pobladores de esta ciudad en la década del sesenta. Su
ordenamiento y estructura cronológica, en las manos expertas de Ricardo
Pliglia, da como resultado una cautivante y emocionante novela policiaca
comparable a "A sangre fría", pues no aborda sólo la peripecia, sino
que refleja excelentemente las retorcidas personalidades de los protagonistas.
una historia escondida
durante años por la policía, sucedida entre Septiembre y Noviembre de 1965 en
Buenos Aires y Montevideo, el esencial director de cine argentino Marcelo
Piñeyro dirigió en el 2000 una historia de amor ‘bonnyandclydiana‘
entre dos ladrones, dos asesinos, dos jóvenes amantes.
Leonardo Sbaraglia y Eduardo Noriega dan vida a dos hermosos
delincuentes al borde de un precipicio constante en esta película de
preciosos encuadres, preciosa suciedad, precioso amor, precioso drama, preciosa
narración, preciosos silencios. El Nene y Ángel son dos
cadáveres andantes sumergidos en sus propios infiernos, acompañados de un ángel
custodio que padecerá idéntico desenlace en una historia donde el amor es lo
único que al final es verdaderamente importante. El resto acabará teniendo el
valor de la plata quemada.
Ángel (Eduardo Noriega), y El Nene
(Leonardo Sbaraglia), se conocen haciendo cruising en el Metro de Buenos Aires,
y en los retretes del subterráneo se hacen amantes. Y desde entonces son tan
inseparables que serán conocidos como ‘Los mellizos’
El amor y la lealtad entre ambos amantes y pequeños delincuentes se pondrán
a prueba cuando sean contratados, en compañía de Cuervo (Pablo Echarri),
por Fontana (Ricardo Bartis) a instancias de un abogado, para atracar un camión
blindado. Durante el atraco, una presunta traición y cuatro muertos, dos de
ellos policías, conducirán a los dos protagonistas a una huida hacia el exilio
y hacia la frustración de El Nene frente a la falta aparente de deseo sexual
por parte de Ángel, sumido en una espiral cada vez más extrema de esquizofrenia
que le impide amar al hombre al que sigue venerando verdaderamente, porque el
esperma es sagrado.
Refugiados en un apartamento en Montevideo, una verdadera tumba en vida en
la que no pueden hablar en alta voz, ni pueden salir, so peligro de ser
descubiertos y ajusticiados, mientras esperan que Losardo (Héctor Alterio) les
facilite pasaportes que les ayuden a huir, quizás a Brasil, El Nene, Ángel,
Cuervo y Fontana tomarán diferentes decisiones según su cautiverio. Los tres
primeros acabarán por ver la calle. Ángel se encerrará más en sí mismo,
mientras Cuervo huirá de cualquier clase de censura y El Nene, frente al
aparente desdén de su amante, conocerá a una prostituta (Giselle)
que se enamorará del argentino.
Cuando forzado a decidirse entre el amor de Ángel y la chica, Giselle
resulta perdedora, esta irá a la policía para denunciar el escondrijo de los
dos amantes y Cuervo, desembocando en un previsible desenlace donde ambos
hombres se declararán amor eterno a fuego.
‘Plata
Quemada’ es, sin duda, una rara
avis dentro del subgénero del cine gay. Un thriller perfecto de belleza
extraordinariamente cautivadora, un exquisito retrato de personajes en suspenso
con una troupe de actores ajustados a sus personajes en acertadísimas
elecciones de casting (Eduardo Noriega nunca ha estado mejor). Escapando
de tópicos y filmando con inteligente estilo y aparente desaliñada
sensualidad cada uno de sus fotogramas, Marcelo Piñeyro nos cuenta que el
amor verdadero no se rinde ante las peores dificultades y es capaz de
sobrevivir, si dos amantes se lo proponen, más allá del umbral
de la muerte
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